¿Mi hijo con un peinado de chica?
Mi hijo Alex solo tiene 14 años, pero desde que decidió que se encargaba de su look, se ha hecho casi todo en cuanto a su cabello. Tuvimos el corte de pelo «cabeza rapada», el tupé, el peinado hacia atrás como un gángster, el look rubio de surfista... Como cambian muy rápido durante este periodo, hago fotos con frecuencia, ¡para poder reconocerlos cuando entren por la puerta! Pero fue su último experimento capilar el que me hizo cuestionarme de una manera bastante inesperada...
El error fatal
Últimamente, le había crecido el cabello y le llegaba hasta los hombros, lo que le sentaba bastante bien, aunque poco a poco estábamos llegando a la fase crítica de medio cromañón medio Thor, y no parecía saber qué hacer con él. Una mañana, cuando acababa de poner los cereales en la mesa del desayuno, le veo entrar por la puerta de la cocina con una... ¿trenza? No sé, tuve que mirar dos veces antes de entenderlo. Una trenza, sin más, sujeta en un moño por dos pinzas naranjas y rosas que tuvo que robarle a su hermana. Me eché a reír, ¡no pude evitarlo! Dejé escapar un: «¿Alex? ¿Eres tú o tu hermana?», muy orgullosa de mi broma. La mirada que me dirigió debería haberme hecho comprender que era mejor dejarlo ahí. Pero salí con un: «Pero, ¿dónde has visto eso?». Y ese fue el error fatal. Mi hijo, que suele ser bastante parco en palabras, sobre todo antes de las 8 de la mañana, me soltó un «¿estás celosa porque me queda mejor a mí que a ti?» acompañado de una gran sonrisa. Entonces me explicó de forma muy sencilla que en 2021 podría ser el momento de dejar de clasificar las cosas como «para niñas/para niños». Si le apetecía divertirse probando peinados que se adaptaran a la longitud de su cabello, no veía el problema. Dicho eso, que tengas un buen día, mamá.
Entonces me explicó de forma muy sencilla que en 2021 podría ser el momento de dejar de clasificar las cosas como «para niñas/para niños».
¿Por qué seguimos atribuyendo un peinado a un género?
Atónita, todavía estaba en la cocina cuando su padre asomó la cabeza para decir «No está mal ese nuevo corte de pelo, ¿verdad?». Se enteró de todo, por supuesto, y se alegró de que, por una vez, yo tuviera la dificultad. No vio el problema en absoluto. Por supuesto, cuando pasas tu adolescencia en una banda de rock del instituto con las uñas pintadas de negro y los ojos delineados, se te abren los chakras. Tardé unos minutos en recomponerme y darme cuenta de que ambos tenían razón. Al fin y al cabo, las mujeres han luchado mucho por el derecho a llevar ropa de hombre. ¿Por qué seguimos atribuyendo un peinado a un género? No tiene sentido cuando lo piensas. Además, ¡es cierto que le sienta bien! Sin embargo, hay una cosa en la que no voy a transigir, y es que mi hijo tiene el cabello mal. Así que, moño o trenza, cuidamos nuestro cabello y perfeccionamos nuestra técnica. A partir de esta noche, haremos clases de trenzado para todos. Sí, incluso para su padre, para enseñarle.