Grises o de color, largos o cortos, peinados o desordenados: a los 60 años, ¡quiero lo que más me convenga!
No hay límite de edad para retroceder en el tiempo. Cuando se superan los 60 años, el cabello puede ser más fino y menos denso, por lo que se busca el peinado adecuado. ¿Debería buscar un estilo juvenil? ¿O simplemente aceptar los años como un buen vino? Aquí tiene algunas ideas para encontrar su equilibrio ideal.
Colocada un poco más abajo, una pinza de cabello ayuda a levantar el cabello para darle un poco más de volumen.
El regreso de la pinza de cabello
Era la estrella del patio de recreo, pero la pinza para el cabello vuelve a hacer acto de presencia... en nuestras cabezas más maduras. Aporta elegancia y madurez a los cortes de cabello largos que quieren seguir siéndolo. Colocado un poco más abajo, ayuda a levantar el cabello para obtener un poco más de volumen. Puede elegir un estilo de metal, de cuentas, de carey o de madera. Pero siempre gráfico o minimalista. La oferta es muy amplia. Será bohemio y chic, sosteniendo una media cola de caballo ligeramente despeinada. Pero tenga cuidado: si tiene el cabello fino, no debe ser demasiado pesado, de lo contrario podría resbalar.
La ola activa el movimiento.
Movimiento con un bob ondulado
Una ligera onda se ha colado en su cabello. Ha optado por un corte corto y cuadrado, y su rostro redondo tiene una gran vitalidad. Es el peinado sin complicaciones que le hace parecer relajada, como si estuviera de vacaciones todo el año. La ola activa el movimiento. ¡Pídale a su nuera una plancha para alisar el cabello o use diferentes peinados con trenzas para crear rizos naturales mientras duerme!
Aceptar las canas
Aceptar y lucir las canas
Aceptar y lucir las canas: ¡qué sensación de libertad! Una hazaña audaz por la que será recompensada. Irradiará dulzura y sensualidad, y es una baza innegable de estilo y modernidad. Pero el cabello blanco requiere cuidados especiales: más sensible y frágil, necesita cuidados adaptados, como mascarillas hidratantes una vez a la semana, y champús tonificantes de color púrpura, como el Okara Silver de René Furterer, o incluso un champú para depositar el color.
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