Entre bastidores del spa capilar
Mi cabello no está en la mejor forma. ¿Y si no estoy utilizando los productos adecuados? ¿Y si tengo malos hábitos? ¿Y si, en el fondo, no conozco realmente mi cabello? Decido ir al René Furterer Hair Spa, situado en una calle sin salida muy tranquila en el corazón del barrio de la Madeleine de París. Me embarco en un viaje de iniciación.
Marie, de 29 años, nos cuenta su experiencia en el spa.
Mi cabello es único
Christelle, una de las peluqueras, me invita a acompañarla en la cabina de diagnóstico capilar: es el paso obligatorio antes de cualquier tratamiento personalizado. Mi cabello va a ser examinado con un peine de dientes finos... Me hace algunas preguntas sobre mi rutina capilar actual: la frecuencia con la que me lavo el cabello, los tipos de productos que utilizo y cualquier problema que pueda tener.
A continuación, llega el momento del análisis con el capiliscopio, un dispositivo con una cámara de microscopio que amplía el cuero cabelludo 100 veces. Le permite analizar de cerca mi cuero cabelludo, así como algunas muestras de cabello tomadas. A continuación, el técnico enumera los productos Furterer que se aplicarán durante el tratamiento para compensar mis carencias y restablecer el equilibrio de mi cabello.
Mi cabello va a ser examinado con un peine de dientes finos...
Un espacio íntimo para un tratamiento capilar a medida
Me siento cómodamente en el salón de arriba, que huele sutilmente a aceites esenciales; es muy relajante. Christelle inclina la silla hacia atrás y procede a masajearme los hombros, el cuello y el cuero cabelludo. Me peino simultáneamente con dos cepillos de cerdas de jabalí. Una vez reactivada la microcirculación, procede a aplicar el famoso Complexe 5, un verdadero concentrado de aceites esenciales estimulantes para cuidar mi cabello en profundidad y devolverle su brillo y vitalidad. Me encanta la dulce fragancia de la naranja y la lavanda. Christelle aplica una presión de dedos inspirada en el shiatsu en mi cabeza. Se produce una intensa relajación.
A continuación, se aplica un champú adaptado a mi cuero cabelludo y un tratamiento adaptado a mi cabello: Champú Curbicia, seguido de la mascarilla Karité Hydra Hydrating Shine Mask, Lumicia Illuminating Shine Rinse y una crema de peinado hidratante, enriquecida con unas gotas de Karinga Ultimate Nourishing Oil. Más tarde, un secado revela los hermosos resultados: brillo, volumen y fuerza renovada en todo mi cabello. Y me siento maravillosamente relajada.
Un verdadero renacimiento en el spa capilar.
Me iré con mi propio ritual de productos adaptados a mi cuero cabelludo y a mi cabello, para continuar el cuidado del cabello en casa. Porque la experiencia –además de ser muy agradable– también es instructiva. Entiende que el cabello de cada persona es único. Nunca antes nadie había mirado y cuidado mi cabello tan de cerca. Y el poder sensorial de los aceites esenciales permanece conmigo mucho tiempo después del tratamiento.