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A menudo pensamos en hidratar nuestra piel. Pero una vez más, nos olvidamos del cuero cabelludo.
El cuero cabelludo es simplemente el nombre que recibe la piel que cubre la cabeza. Como está cubierto por el cabello, a menudo se descuida en detrimento del cabello. Pero, ¿cómo puede crecer el cabello sin un cuero cabelludo sano?
Como una planta necesita una tierra fértil y bien regada para florecer, el cabello necesita un cuero cabelludo nutrido e hidratado.
Así que, al igual que regamos nuestras plantas para que crezcan e hidratamos nuestra piel para nutrirla y evitar la tirantez, ¡debemos pensar en hidratar nuestro cuero cabelludo!
El cuero cabelludo y el cabello ofrecen un mecanismo de protección natural.
Dos elementos garantizan la correcta protección del cuero cabelludo y, por tanto, del cabello. Se trata del film hidrolipídico y del cemento intercelular.
El film hidrolipídico envuelve el cabello y el cuero cabelludo para que no estén en contacto directo con el exterior.
Con un pH ligeramente ácido, contiene dos fases:
Las glándulas sebáceas que gestionan la producción de sebo están situadas en la profundidad del cuero cabelludo, cerca del bulbo piloso.
Como su nombre indica, el cemento intercelular se comporta como el cemento de albañilería. Une las escamas de la cutícula del cabello. De este modo, garantiza la impermeabilidad del cabello.
Con un film hidrolipídico perfectamente intacto, el cuero cabelludo se beneficia de una sólida protección. Se mantiene una hidratación adecuada y se conservan los nutrientes necesarios para el cabello.
El cuero cabelludo no produce molestias. El cabello está sano, brillante y suave al tacto. De las raíces a las puntas, de la superficie al núcleo, contiene la cantidad adecuada de agua y lípidos.
Cuando estas barreras protectoras se debilitan, el cuero cabelludo sufre. Muestra signos de molestias de diversos grados.
El aspecto del cabello también se ve afectado: grueso, seco, sin brillo, difícil o incluso imposible de desenredar.
Si el film hidrolipídico está dañado, pierde su eficacia.
Si el cemento intercelular deja de cumplir su función, las escamas de las cutículas comienzan a levantarse. El agua naturalmente presente en el cabello se escapa.
El cuero cabelludo y el cabello se resecan.
Un clima en una zona templada con escasa humedad puede agravar los déficits de aceites y agua.
A nivel del cabello, la consiguiente pérdida de agua conduce a una baja humedad residual del tallo capilar. Esto agravará el estado de fragilidad del cabello, haciéndolo menos elástico y más apagado.
También se pueden mencionar otras dos causas:
Un cuero cabelludo deshidratado está ávido de protección y nutrición profunda.
Para satisfacer estas necesidades urgentes y contrarrestar sus consecuencias en la belleza del cabello, es imprescindible:
Numerosos activos naturales y determinados aceites esenciales han demostrado su eficacia en el cuidado del cuero cabelludo, sobre todo en términos de hidratación.
Estos extractos naturales, como el cimentrio (derivado de la soja), las microproteínas de trigo o la manteca de karité, combinan una mayor eficacia respetando el cuero cabelludo.
Derivado del árbol sagrado de África, el karité es llamado el "árbol de la mantequilla". Este apodo hace referencia a su increíble poder hidratante y a su incomparable riqueza en nutrientes.
Contiene todos los lípidos esenciales y ofrece la máxima afinidad con el cabello.
Proporciona generosamente acciones antisequedad, cicatrizantes y desinfectantes, así como protección contra el mal tiempo y el sol.
Conocido por sus excepcionales propiedades, el karité revela sus distintas facetas complementarias (aceite y manteca) para el bienestar del cabello.
El aceite de karité hidrata intensamente. Protege y envuelve la fibra capilar dejándola suave. Proporciona los lípidos necesarios para reconstruir el FLH. Mantiene la hidratación del cabello y limita la evaporación del agua con una fina película que no apelmaza el cabello.
La manteca de karité es profundamente nutritiva. Contiene ácidos grasos y vitaminas A, D y E. Sus propiedades han sido alabadas durante siglos y ahora son reconocidas por los profesionales en medicina. Actúan aportando lípidos en la profundidad de la corteza. Actúa en el núcleo del cabello para reponerlo y así fortalecerlo.
