Factores que desencadenan la hiperseborrea
Hay varias causas que pueden favorecer o acentuar la hiperseborrea.
Un factor genético: hiperactividad de la glándula sebácea.
La glándula sebácea es en realidad un órgano dependiente de los andrógenos. Esto significa que los andrógenos (u hormonas masculinas) son el principal estímulo para la glándula sebácea. Por lo tanto, esta hiperactividad puede ser causada por:
- O bien un aumento de los andrógenos circulantes. Este es el caso menos frecuente. Se trata entonces de una verdadera patología.
- O bien la hiperactividad aislada de la 5α-reductasa, que conduce a una desregulación de la sebogénesis.
Agresiones externas: climáticas o químicas
- contaminación, exposición prolongada al sol
- peinado, secado con demasiado calor
- productos para el cuidado del cabello inadecuados e irritantes que desnudan el cuero cabelludo y provocan una hiperseborrea reactiva.
Estrés emocional, tensión nerviosa que exacerba la función de la sebácea.
Determinados medicamentos: antibióticos, diuréticos, anticoagulantes.
Determinadas enfermedades: como la enfermedad de Parkinson.
Trastornos endocrinos.
Las consecuencias del cuero cabelludo graso no son solo estéticas
Los principales inconvenientes de la hiperseborrea son ciertamente estéticos.
Las personas con el cuero cabelludo graso se quejan, ante todo, de que su cabello es difícil de peinar y de que es imposible mantenerlo en su sitio durante mucho tiempo. Su cabello está chafado, sin brillo y sin volumen.
De hecho, el cabello está cargado en las raíces, como si estuviera sobrecargado por este exceso de sebo. Pierde su ligereza y brillo. Se agrupa en mechones. Ya no respira y adquiere un aspecto apelmazado.
Pero el exceso de sebo segregado también provoca complicaciones en la piel.
Da lugar a la proliferación de flora saprofita lipofílica, compuesta por bacterias y levaduras. Esta flora, a través de las lipasas que produce, hidroliza los triglicéridos del sebo en ácidos grasos libres.
Estos ácidos grasos son irritantes. Provocan una reacción inflamatoria que sigue estimulando la glándula sebácea y, por lo tanto, conduce a la hiperseborrea. ¡Es un círculo vicioso!